jueves, 19 de diciembre de 2013

50 Años de Brad Pitt


Como motivo de su 50 cumpleaños, este post recoge de manera breve toda su carrera. 
En 25 años ha mutado de actor inexpresivo a intérprete prestigioso, de rubiales de póster a productor arriesgado y aclamado, de novio de Juliette Lewis a alma gemela de Angelina Jolie, de prometido de Gwyneth Paltrow a ex esposo de Jennifer Aniston, de Hombre Vivo Más Sexy a ONG andante. Cinco lustros con Brad Pitt dan para mucho.


Contra todo pronóstico, Brad Pitt (18 de diciembre de 1963) no ha terminado como estrella de comedias románticas ni se ha servido de su anatomía para entregarse a los rentables placeres del blockbuster veraniego. No: desde que debutó en 1987 ha sabido superar los límites a los que parecía destinarle su privilegiada genética para acabar convertido en un actor de prestigio al servicio de los mejores directores. 

Año 1982. William Bradley Pitt, el hijo de Jane Etta y William Alvin, nacido el 18 de diciembre de 1963 en Shawnee (Oklahoma) y criado en Springfield (Missouri), era uno de tantos estudiantes de Periodismo. Pero el rubio y deportista muchacho tenía una obsesión: el cine. Consciente de que en su tierra las posibilidades de prosperar como actor eran más bien irrisorias, abandonó los estudios a pocas semanas de terminar la carrera y se mudó a Hollywood.

Sus padres creyeron que el mayor de sus hijos (Pitt tiene dos hermanos: Doug y Julie) se iba rumbo a Pasadena a estudiar Bellas Artes. Pero en realidad el futuro actor se fue a Los Ángeles, recibió clases de interpretación y, mientras, se ganó la vida como buenamente pudo: trabajó de teleoperador (no vendí nada en tres días y lo dejé, rememora), fue chófer de bailarinas de striptease, transportó neveras y promocionó un restaurante mexicano... disfrazado de pollo. Aquel fue mi primer papel protagonista, bromea Pitt, que es realista al hablar sobre aquellos tiempos: Tenía que pagar el alquiler.
Brad Pitt en "Dallas"

Hubo una época lejana (finales de los 80, inicios de los 90) en que se podía leer el nombre Brad Pitt tras el rótulo Guest appearance en series de televisión como Dallas, Jóvenes policías, Trentaytantos, Las pesadillas de Freddy o Los problemas crecen. Era un Pitt que trabajaba en lo que le echaran, una época que, según reconoce, fue dura y lenta. Muchos años después, en 2001, Pitt volvería a la tele, pero esta vez como súper Guest Star en un episodio de Friends, la serie protagonizada por su entonces esposa Jennifer Aniston.


Un puñado de films intrascendentes nos llevan hasta 1991. Ese año, el culo de Brad Pitt hizo por él lo que su rostro y su incipiente talento no habían conseguido aún. Primero, en un anuncio de Levi’s donde explotaba las virtudes de su anatomía posterior. Después, en 'Thelma & Louise' (Ridley Scott, 1991), donde en un breve papel como ladronzuelo se hizo con los favores (en pantalla y fuera de ella) de Geena Davis y, de paso, de la platea femenina mundial. No me limitaba a enseñar carne, se defiende Pitt, había algo más. Films futuros como 'El Favor' (Donald Petrie, 1994) parecían contradecir estrepitosamente esa afirmación.

Brad Pitt no tiene la culpa de ser tan rubio ni de tener una melena tan lacia. Pero en ocasiones, en la primera etapa de su filmografía (esa que abarca gran parte de la década de los 90), había escenas de sus películas que se asemejaban más a anuncios de suavizante para cabello extraliso que a interpretaciones ceñidas a un guión. Ejemplos: 'Entrevista con el vampiro' (Neil Jordan, 1994), 'Leyendas de pasión' (Edward Zwick, 1994), 'La sombra del Diablo' (Alan J. Pakula, 1997) o '¿Conoces a Joe Black?' (Martin Brest, 1998). Años más tarde, 'Troya' (Wolfgang Petersen, 2004) hizo temer lo peor a los que creían que Pitt había superado su fase de exhibicionismo capilar, pero afortunadamente la cosa no fue a más.


Como todo actor promesa y guaperas que se precie, muy al principio de su carrera Brad Pitt pasó por su etapa de ser El Nuevo James Dean. En su momento, el entonces pujante intérprete dijo al respecto: No puedo comprender que alguien se obstine en seguir el modelo de James Dean cuando este no consiguió sobrevivir a sí mismo. Años después, Pitt recibió otra etiqueta, la de ser El Nuevo Robert Redford; además de aspectos físicos, ayudó a la comparación trabajar bajo sus órdenes en 'El Río de la Vida' (1992).Redford es el tipo de hombre que a los hombres nos gustaría ser y con el que las mujeres sueñan estar. Considero un cumplido que me comparen con él, afirmó. Cuando rodaron juntos 'Spy Game' (Tony Scott, 2001), se habló de paso del testigo del actor veterano al más joven. Eso sí, a diferencia de Redford, de momento Pitt no piensa en dirigir: Mi gran suerte es poder trabajar con gente más inteligente que yo. Quizás sea esa la razón de que no me plantee pasarme tras las cámaras y dirigir… No me veo en esa silla, afirma.
Hay otra cara de la moneda de ese Brad Pitt que, en ocasiones, nos restriega por la cara su insultante belleza. Es ese Brad Pitt que no teme afearse (afearse dentro de los limitados parámetros de alguien como él, por supuesto) por un papel. Para tal propósito, el actor suele usar la táctica de la greña mugrienta, como las lucidas en  'Snatch. Cerdos y diamantes' (Guy Ritchie, 2000). En ocasiones, forzar ligeramente sus músculos faciales ya le vale, como en 'El Árbol de la Vida' (Terrence Malick, 2011). Pero, vaya, aunque Brad Pitt se vista de seda...

Hoy no estaríamos hablando de este Brad Pitt (el que, más allá de su físico, es un actor respetado y codiciado por los mejores directores) si en 1995 Terry Gilliam y David Fincher no hubiesen pensado en él para, respectivamente, interpretar a un loco idealista en '12 Monos' y a un policía ante el caso de su vida en 'Seven'. Fue el pistoletazo de salida para un nuevo Brad Pitt. El papel que me brindó Terry (por el que recibió su primera nominación al Oscar y ganó su único Globo de Oro) no era el típico que me ofrecían en esa época. Y lo entiendo: la gente no sabe de qué eres capaz hasta que se lo demuestras.
La influencia de David Fincher en la carrera de Pitt va más allá de 'Seven': en 1999 le brindó el que hasta ahora es el papel de su vida, el del anarquista-nihilista-terrorista Tyler Durden, el reverso tenebroso (o no tanto) de Edward Norton en 'El Club de la Lucha'. Pitt no sólo sorprendió sin camiseta, sino que apabulló a público y crítica con la recreación de su personaje, entre lo caricaturesco, lo modernazo y lo terrorífico. Nueve años más tarde, Pitt y Fincher repetirían en la fantástica 'El curioso caso de Benjamin Button' (2008).David es un gran amigo. Listo, inteligente y extrañamente divertido. Estoy seguro de que volveremos a trabajar juntos.
Si Tyler Durden le convirtió en actor de culto para toda una generación, Rusty Ryan, el ladrón de guante blanco y trajes caros que formaba parte de la pandilla de Danny Ocean en la trilogía iniciada con 'Ocean’s Eleven' (Steven Soderbergh, 2001), le transformó en icono cool del Hollywood moderno, un poco como lo fuera Steve McQueen en los años 60 y 70
Gracias a Soderbergh también conoció a George Clooney. El bromance fue instantáneo. Desde entonces, Pitt y Clooney se han convertido en una divertida pareja de hecho, dentro y fuera de la pantalla. Han trabajado juntos en los tres 'Ocean’s' y en 'Quemar después de leer', además del cameo que Pitt hizo en 'Confesiones de una mente peligrosa' (2002), el debut de su amigo como director. Fuera de los platós, no paran de bromear a costa del otro. La última: al ser detenido frente a la embajada de Sudán en Washington y llevado a comisaría, George Clooney respondió Brad Pitt cuando los policías le pidieron que se identificara. Hablando en serio, Pitt dice de su colega: George es divertido, siempre trata de que haya buen ambiente en el set, fomenta la camaradería; en ese sentido, no hay nadie mejor que él.
No es un habitual de la comedia, pero Pitt sabe hacer reír. Más allá de dar vida a personajes cachondos como el fumeta de 'Amor a quemarropa', el gitano de 'Snatch. Cerdos y diamantes', el buscavidas de 'The Mexican' (Gore Verbinski, 2001), el teniente macarra de 'Malditos Bastardos' o el crustáceo animado al que dobló en 'Happy Feet 2' (George Miller, 2011), se transformó con sorna en el Brad-Pitt-que-pudo-ser-y-afortunadamente-no-fue en 'Quemar después de leer': un tipo de aspecto tan ultrasanote y de narcisismo tan hiperbólico como carente de intelecto.
En 2004, y junto a su ex esposa (y ex socia) Jennifer Aniston, Brad Pitt fundó una compañía de producción, Plan B Entertainment. Pero a diferencia de otras estrellas que utilizan sus empresas para facturar productos a su mayor gloria, Plan B no se dedica sólo a apoyar films liderados por el actor. En su catálogo figuran obras como 'Infiltrados' (Martin Scorsese, 2006), 'Un corazón invencible' (Michael Winterbottom, 2007), protagonizada por Angelina Jolie, o 'Kick-Ass' (Matthew Vaughn, 2010). 
Pitt ya acumula tres nominaciones al Oscar como actor por '12 Monos', 'El curioso caso de Benjamin Button' y 'Moneyball: Rompiendo las reglas' (Bennett Miller, 2011), por la que también recibió candidatura en calidad de productor. Cualquier reconocimiento que reciba estará bien, pero si no gano no pasa nada, me quedaré en casa con los críos y Angelina, dijo antes de la última ceremonia, de la que se fue de vacío. Así, en sus estanterías de momento sólo hay el Globo de Oro que ganó por 12 Monos y la Copa Volpi del Festival de Venecia que se llevó por 'El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford'. ¿Lucirá junto a estos premios el Razzie que le otorgaron, junto a Tom Cruise, por 'Entrevista con el Vampiro'?
En diciembre de 1997, Brad Pitt decía esto en las páginas de FOTOGRAMAS: Soy actor, no político. A nadie le importa lo que tenga que decir si no está en un guión. Al Brad Pitt de hoy es difícil imaginarle una afirmación así: el actor está comprometido con muy diversas causas solidarias, que abarcan desde implicarse de lleno en la reconstrucción (sostenible) de Nueva Orleans tras el huracán Katrina hasta convertirse en uno de los portavoces de la lucha por el derecho al matrimonio homosexual en su país, pasando por visitas a campos de refugiados iraquíes en Siria y Jordania, campañas en favor de la lucha contra el sida en el Tercer Mundo o la creación de la fundación Jolie-Pitt, que da apoyo a causas humanitarias en todo el planeta. He visto el daño que causa la pobreza y lo fácil puede ser conseguir un remedio, concluye
Brad Pitt sigue ligando su devenir profesional al de directores de prestigio. Tras el complicado rodaje de 'Guerra Mundial Z' llegó el éxito (se prepara secuela con Bayona en la dirección y Brad Pitt sólo en tareas de producción).  Además de poner su voz al servicio de  Terrence Malik en el documental 'Voyage of Time', Pitt ha rodado '12 años de esclavitud', un drama de Steve McQueen sobre el esclavismo en la América de Siglo XIX que protagoniza junto a Michael Fassbender. Y junto al actor irlandés también ha protagonizado 'El Consejero', un thriller de Ridley Scott con guión de Cormac McCarthy. 

Brad Pitt volverá a la Segunda Guerra Mundial de la mano de David Ayer en 'Fury'. Si en 'Malditos bastardos' era el teniente Aldo Rein en esta ocasión será el oficial al mando de una compañía que a bordo de un tanque emprende una difícil misión. Logan Lerman, Shia LaBeouf, Michael Peña, Scott Eastwood y Jon Brenthal cierran el cast principal. 'Fury' se estrenará en USA en otoño de 2014.



Fuentes: Sergi Rodríguez (Fotogramas), Variety







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